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René Rodriguez Soriano

Poemas de René Rodriguez Soriano

Amigo

 

te lo debía sanguilla y te lo pago

nunca haré tu poema ni hace falta

cada vez que alguien te nombre

aún por tu nombre o te recuerde

-flaco del carajo jodedor y buenagente-

desangrará la espita de la rabia

para abatir la noche uniformada

que te secó la risa con su ráfaga

 

 

Una raíz

 

he aquí hombre raíz la tarde oculta

que muerde las entrañas de esta tierra

que parcela tras parcela

destila hombres hambre y miseria

por los recodos del campo

he aquí una historia

una puerta de salida

con la entrada en la mano

para que la empuñemos

 

Desde la vida

 

ven empujemos la tarde

hasta el abismo de la noche

busquemos muy juntos los recuerdos

que una madrugada

sembré en las carnes de estas tierras

acércate

hagamos el comienzo del mundo

con suspiros sin serpientes

sin manzanas ni evas ni adanes

hagamos la vida con la vida

desde la vida misma

 

Tomado del Libro: Raíces con dos comienzos y un final, de René Rodriguez Soriano (cortesía del autor)

 

 

_______________________________________

 

Lunes ocho a eme

 

 

pongamos que uno salga temprano en la mañana

y encuentre extraviada una mujer en la acera

la empuje hasta el hidrante y se le beba el miedo

sin bordes sin espuma

ese no es un motivo para soltar la euforia

llegar a la oficina con manchas en los hombros

y tener que hablar quedo ante las secretarias

no vaya a ser te que adviertan el tufo de conserva vencida

ni razón para que el jefe llame a uno y le muestre

tarjetas con tardanzas trabajos atrasados

y un listado de quejas personales

no ha sido culpa de uno la tardanza y la espera

simplemente los lunes uno sueña despierto

y atropella la almohada

con los desperdicios del fin de semana

 

 

 

 

 

Fatua canción bajita

para la cremallera de tu falda rosa

 

 

una tarde una tarde se tiñó de carteles

levantó la sotana

y tomó los caminos por el lado más polvo de los vientos

cuentan los sin pabilo

que una niña muy niña que apenas si reía

espantó de las cercas los grávidos tractores

sucedió que a la luna que andaba de lechuza

se le zafó un disparo que alborotó a los ángeles

y a varios funcionarios

luego

salió la mancha dos del sol con su guitarra alucinada

y pobló la discoteca de amapolas y papel de sorbetes

 

 

 

 

 

 

A esta hora la velocidad

atropella un nombre de mujer

 

 

al décimo tercer cigarrillo

la madrugada pende en los pedales de la hora

con su nota más brisa

transita a más de cien con las luces altas

se come en rojo los semáforos

y espanta a las últimas sombras

con su trinar de goma desinflada

a esta hora la avenida es una mano muerta

que hurga sin reparos los más íntimos silencios

la madrugada tiene los ojos achinados

y guarda en su bolso de concha pedacitos de nada

un arete muy solo entre el baldío de los cosméticos

y un carnet para cruzar mi pecho enmarañado

a esta hora nadie sabe exactamente la fecha

un zapato azul extravía su lazo transparente

el patrullero puede salir en cualquier esquina

un borracho se cruza

otro maldice por las luces altas

con el último cigarrillo la madrugada sabe a poco

y uno se mete en ella con la sábana a toda vela

 

Acto de contrición

de las tres a eme

 

 

soy un tipo organizado

dócil madrugador callado

y aunque no lo aparente veamos

sobre mi mesa puede decirse de trabajo

unas fichas de libros que no recuperare

periódicos de ayer revistas varias

sin pergamino un superman descolorido

textos subrayados

un libro listo para imprenta

borradores clips gomitas

una agenda del ochentiuno

suena mari trini en un cassette

y entre las teclas de la smith corona un nombre oculto

un poema que no acierto a escribir

 

 

 

 

Otra historia

para matar el tiempo

 

 

hoy el jueves tiene calcetines blancos

sale solo y despejado

brea

pólvora

y miel almacena en su armadura

un martillo

semillitas

y un pincel en la sonrisa del puño

y en el cristal de la voz una malapalabra aguda

ríspida en claveles

tosca y cárdena heredad

para embarrar las esquinas de tiempo

y la oficina

 

 

 

 

 

 

La tarde se repite

en la trigonometría de la lluvia

 

 

sentado en el tercer pupitre este viernes se va por la ventana

una moto suena lejos y trae canciones de leo favio

viejas películas de fankie avalon

las muchachas van sin maquillaje no llevan bolsos

los muchachos hacen té de jengibre

alicia apaga la última novela del canal cinco

en el tiffany-bar roberto carlos deja oír una palabra amiga

con miguel la lluvia se deshace en las aceras

vuelve la brisa otra vez a la ventana

apago el cigarrillo

el flamboyán en la pared quiere salirse del cristal

y alicia me desgrana las letras en esta aula llena de ausencia

llueve afuera llueve y llueve quién sabe a dónde

y desde qué instante mis alumnos empezaron el fin de semana

 

 

 

 

 

Mientras buscaba un título

se me ocurrió no poner título

 

 

hoy sin fuerzas el camino se retuerce allá al final

las luces cierran filas en el baúl de la noche

a orillas de la hora entona un ritmo un grillo que se me antoja rock

un sacudión de sombras espantadas huye de los ladridos de un perro

llora un niño

ahora silencio

pasa un borracho

nunca falta uno en noche de domingo

 

 

 

 

 

 

 

Abuela

cientoscuarentitantas arrugas

cinco hijos muertos

mil lágrimas derramadas

cada noviembre

una herencia oscura

y dos nietos con puñales

cinco metros de tierra de por medio

esperando al notario

y una acta de defunción

 

 

Tomados del libro de René Rodríguez Soriano: Muestra gratis

 

 

 

 

 

 

 

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