XXXIX
A mi esposa Rosario Ureña
POEMA A EMILY DICKINSON
Después del título me miras
Me preguntas
Con medio irónica sonrisa angelical
¿Y ahora qué?
Había pensado en los mares de azares
Que tuvieron que sucederse
Para que desde las cataratas de la imprenta
Llegara a mí esta noche
Como un pequeño papiro blanco
Dentro de una botella
Emilia, tan delicada como una hostia
En el bosque oscuro de mi pecho
Emilia...., Emilia...., la novia perfecta
Del aire
Yo también recluso ahora
A mi extraña manera
(Y tan mundano)
Emilia, con esa hermosa cinta negra
Al cuello.