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Maríajosé Gómez |
Soy Mariajosé Gómez, me encanta escribir poesía.
Soy estudiante universitaria en Nueva York. Seré profesora de literatura Hispanoamericana si Dios quiere. Nací en Nueva York pero mis padres son dominicanos ( mi mamá de Santiago De Los Caballeros, mi papá de Moca). Me encanta escribir, viajar, y conocer nuevas culturas.
Catorce Versos
Catorce versos donde expresar mi amor El cielo de emociónes que me haces tu sentir Que guardados en un corazón que quema en el fervor Con cada inutil intento, no dejan de existir.
Catorce versos donde expresar mi vida La manera en que tus ojos negros me hacen enloquecer Perdida ando en los escombros de tu mirada Que como la luna que alumbra la noche, tu alumbras el amanecer.
Como quisiera caminar tu piel Cruzar el grandioso mar, que de celos, nos separa Y que al fin yo logre estremecer Y caer cautiva en la red de tu dulce boca.
Catorce versos nunca seran lo suficiente para decir Que mi vida empezó el día en que te conocí.
El Retrato
Como una canción de notas perdidas, que retumban en el alma, me miras desde tu pedestal en la pared. Y sin poder tocarte, memoria de sonrisa congelada, me observas tan contemplador y sin mover. Comparo tu mirada con aquella de la muerte Que tan indiferente, no se puede hechar atrás.. Y con cada minuto, fijado en tus ojos casi burlones, siento ahogar el corazon un poco más. Tranquilo y peligroso como arenas movedizas Que al descuidarse te sofocan al abrazar, Asi es tu retrato, de barbilla afincada en manos. de ojos cínicos que hora tras hora no se atreven a pestañar. Dia que pase, noche que caiga, ahi esta tu rostro Que me sirve de compañia, y yo te beso, aunque no respondas a mi tierna caricia vida mia. Desgraciado cristal que nos separa, yo aqui en mi mundo y tu alla El tiempo pasa y yo envejezco amor, y tu aún radiante en tu pedestal. Un imborrable momento, tu pelo lizo, barbilla en manos, una sonrisa fiel y ojos que no se cansan de mirar.
El niño
Donde vás niño, de piel de oliva y ojos negros? Como azabaches los llevas, pies descalzos sobre el desierto, Un inutil equipaje en tus espaldas, una tierra abandonada Las serpientes extranjeras te velan, Arrastrando sus cascarones sin almas. Dónde vás niño, solo sobre este mar de arena? Ya tu hogar quedo perdido tras montañas muy lejanas Que esperanzas guardas? Dime niño en que sueñas? Quien que te guarde del mal y que te diga que te quiera? Anda entonces niño, a tal destino inexistente.. Dónde la libertad aun abunda Dónde no hay mala gente, Dónde politicos no se bañan Con la sangre de inocentes. Dónde el dinero no importa, Dónde solo existe amor Dónde la paz es lo que reina, Dónde no hay destruccion Ni hay temor. Anda entonces niño, de piel de oliva y ojos negros Que poco a poco El mundo se hunde, En una multitud de muertos...
Estos Tiempos
Qué triste los tiempos en que vivimos Lamentable la verdad.. Qué de un angel sumerge un asesino Y los santos son hipocritas.
Qué contaminado el corazón de la sociedad Ya al borde de la podredumbre... Qué en los cielos estan escritos versos de maldad Y engañar ya es costumbre.
Sin llegar al último suspiro Te podrian ya matar, Porque ningun rincón queda seguro La inocencia ya no esta.
¿Adónde correran los niños? Caras y dedos ensangrentados... ¿Y que sera de sus sueños lindos, por mares negros ya ahogados? ¿Adónde se encuentra el amor, la pura ilusion de sentimientos buenos? ¿Habra un lugar de gente no influidas por regimenes de malos gobiernos? Y mientras guerra se haga deporte, Y soldados deséncarnados queden olvidados, ¿Cual sera el escape de los poco recordados?
El Blanco Parasol
Allá estaras sentado, con taza en mano, bajo ese sol mediterráneo que jamás tuvo piedad. Debajo de un parasol de color blanco, te veo muy lejano, cuantos pedestres invaden la cuidad. Que lindo como en esos coloridos balcones, se enrredan los ramos de las flores-que desde aca las puedo oler. Pero de ello no estaras consciente , mientras tu café bebes lentamente Seguro que en él tu rostro podras ver. Los miras bien a todos, son marionetas en tús ojos, mientras tú ahí solo Saboreas tu café.. Y yo desde una ventana, que de ti queda lejana-te observo... pero tú no me puedes ver.
--Rondara, rondara las notas del violin... --Rondara, rondara en cada rincon de tu existir...
Hasta que al fín caiga la noche, y la oscuridad te arrope Y el reloj y su reproche, se despida ya del sol... Y congelado en la memoria, como el cuadro que tiene su historia, quedás pintado en toda tu gloria--sobre un mantel azúl y un blanco parasol.
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