LOS POETAS DE LA GENERACION 80
En casi todos los poetas de esta llamada Generación 80 Dominicana, se dan como características comunes la sentenciosidad en las expresiones, metáforas cargadas de alusiones y/o representaciones, similitudes temáticas, repeticiones, imitaciones, etc., hay contrastes en los detalles, en el ritmo, en las ideas, que deben evaluarse con serenidad.
El término imitación ha de considerarse no en el sentido de plagio, sino en el sentido Aristotélico de crear a partir de otra cosa: de una experiencia, de una pintura, de una conversación, de una fotografía, de otro poema o de un mueble antigüo, etc.
En 1984 se publican dos libros de poemas "El Ojo del Arúspice", de José Mármol y "Axiología de las Sombras", de Dionisio de Jesús, ambos con una misma vertiente conceptual y encarando los mismos temas, conectando recursos expresivos y alusiones poéticas definidas. En ese mismo año, se publican también
"Amor a Quemarropa", de Tomás Castro; e "Iniciación Final", de José Alejandro Peña. Posiblemente otros libros se publicaron en este mismo año, pero es en 1985 y 1986 cuando se desatan las publicaciones de libros de los poetas ochentistas.
La poesía ochentista dominicana posee y refleja influjo muy notorio de la filosofía existencialista, como podremos apreciar especialmente en G. C. Manuel, José Mármol, Dionisio de Jesús, Plinio Chahín, Juan Manuel Sepúlveda, César Augusto Zapata, Martha Rivera, Médar Serrata, Víctor Bidó, Rafael Hilario Medina, entre otros.
En lo poético resaltan las influencias de Octavio Paz, Pablo Neruda, César Vallejo, Vicente Huidobro, José Lezama Lima, Federico García Lorca, Jorge Luis Borges, Manuel Del Cabral, Franklyn Mieses Burgos, Vicente Aleixandre, Roberto Juarroz, Fernando Pessoa, Arthur Rimbaud, Antonin Artaud, André Bretón, ente muchos otros. Estas influencias se acentúan más en unos que en otros, pero algo que debe ser tomado en cuenta, es que cada uno de estos poetas, tiene una voz que ha ido tomando personalidad y universalidad desde sus inicios. Digamos que la poesía de estos poetas expresa las emociones humanas individuales más profundas, llevándolas a extremos inesperados casi con cierta irracionalidad, y expresando la vida como un todo, a través de un lenguaje depurado, imaginativo, y presto a ser lo que refleja de estas emociones, su camino y su causa, el hombre frente al hombre, con el hombre, el pro-hombre que la palabra quiere hacer de sí misma. La mayor virtud de la poesía de los poetas de la Generación 80 consiste en su capacidad de hilvanar un mito de la realidad por medio de un lenguaje y un pensamiento afines entre sí, pero haciendo también sus propios contrastes.
POESIA Y PENSAMIENTO: ¿POESIA DEL PENSAMIENTO?
Algunos poetas usan demasiadas palabras para decir que está lloviendo o que hace calor y que por tal razón posiblemente lloverá. De cualquier manera, es siempre una virtud poder expresar las situaciones de la realidad con el menor número de palabras, aún cuando se trate de una realidad inventada.
Hoy día se teoriza en República Dominicana en torno a la "poesía del pensamiento", "poesía filosófica", "poesía del conocimiento", "hermetismo", "barroquismo" y "neobarroquismo" y otros cientos de cosas similares. En fin, con todo ello para decirte que la poesía es lenguaje. Otros, con mayor inteligencia, aseguran que es metalenguaje.
También la música es lenguaje, y la pintura es lenguaje y todo cuando nos rodea, afecta y está afectado por un lenguaje que también es el lenguaje de la música, de la pintura, de la poesía, etc.
Y ser poeta no es más que estar mortalmente afectado por el lenguaje de las particularidades del cosmo.
Primero hay que ver qué hace el conocimiento con la poesía, además de ser su enemigo mortal. La poesía está aferrada a lo desconocido y al desconocimiento de lo conocido, implica un conocimiento del desconocimiento por la palabra. Los mejores poemas de un poeta son aquellos donde lo dicho y lo sugerido encuentran su propia atmósfera, sea que provoquen situaciones ya conocidas o extrañas a un conocimiento particular de la realidad, o estén subordinadas a las leyes de un determinado lenguaje, como es el lenguaje filosófico.
Algo que se presenta como antítesis del poema y que lo reduce a texto, es la abundancia de clichés, las excesivas piruetas insustanciales y el abuso de construcciones demasiado lógicas, como ocurre con ciertos poemas llamados filosóficos. No se gana profundidad en un poema buscando aparentar profundidad con palabras que no se dominan ni se comprenden, la ilógica también es peligrosa. Pero es mejor pecar de ilógico que de frívolo. En todo caso, mejor buscar lo poético en lo poético que resulta de una inteligencia imaginativa y no lo filosófico de una imposible hazaña donde se pretende una escritura intelectual seca, aburrida y sin atributos artísticos.
Los mejores poemas son aquellos que te quieren decirte algo, y que en el intento de decirlo, no te lo dicen, pero te lo dicen tan sordamente o te lo sugieren tan calladamente que ya no te queda sino el sabor de esta experiencia que conforma su lectura. El poema verdadero se sirve de lo que no está para presentarlo como si estuviera y así crear su presencia.
La poesía filosófica dominicana moderna es comprobable en poemas de Domingo Moreno Jimenes, de Franklyn Mieses Burgos, de Manuel del Cabral, de Lupo Hernández Rueda y en los poetas de esta posible Generación 80 que vamos a revisar de forma imparcial. Cuando se habla de una poesía filosófica, se entiende que se trata de un hecho que resalta un pensamiento elevado y profundo en el cual el poema es lo fundamental de sí, en sí y para sí mismo.
Lo que es poesía, es. Y lo será aunque no se sirva de argumentos filosóficos o de una "profundidad" insospechable. Y lo que no es poesía, aunque se agite y salte dentro del frasco de cristal de lo aparentemente "profundo" y "filosófico", no lo será a menos que su autor re-escriba el texto y lo nutra de verdadera sustancia poética. El poeta norteamericano Archibald MacLeish, dice: "La poesía no significa, es".
Hay que destacar un punto al respecto, no todos los poeta de esta Generación 80, que aspiran a una poesía filosófica, alcanzan su objetivo, ni siquiera es comprobable algún indicio de profundidad en ellos. Y los que sí alcanzan una poesía filosófica, de gran nivel acorde con lo poético, son solamente unos pocos.
De todos modos, me importa un pito que un poeta no escriba un solo poema filosófico, pero que escriba un poema de indudable trascendencia, eso es lo grandioso.
He preferido reunir aquí, en esta antología que llamo "Imágenes al Márgen: La Otra Poesía Dominicana" a los poetas de la Generación 80 que han escrito poemas filosóficos o no, herméticos o no, con temple surrealista o no, con formalidad barroca o no, nihilistas o no, con rasgos muy distintos, pese a cualquier tipo de acercamiento en la forma como en el contenido, poemas más o menos extraordianarios que reflejan toda la vitalidad y trascendencia de la mejor poesía hispanoamericana de nuestro tiempo.
José Alejandro Peña
